Por qué debes trabajar tu imagen corporativa y cómo hacerlo

Si aún no tienes muy claro qué es eso de la imagen corporativa y por qué es tan importante, tranqui, que empezamos por el principio. La base de cualquier negocio consiste en la percepción que tienen nuestros clientes en cuanto a nuestros servicios/productos, y sólo de esa manera van a preferirnos frente a otros.

Al igual que las personas, las marcas tienen una identidad, tienen la imagen con la que se van a dar a conocer al mundo y determina cómo se comunican, qué carácter tienen, sus valores… Estas acciones darán como resultado que el cliente tenga una percepción sobre ti, y para bien o para mal, la trabajes o no, estará ahí. Así que es hora de empezar a trabajarla.

Todos necesitamos comunicarnos (sí, tu marca también). Necesitas transmitir algo por lo que el cliente final se decida por ti.

No desesperes, esto tiene solución. Vamos a repasar algunos puntos clave para hacerlo poco a poco.

1. Empieza por tu identidad corporativa

Las identidades deben crear un universo de marca que inspiren y tienen que ayudar a conseguir esa experiencia/sensación que se desea sobre el cliente. Tu objetivo es que tu negocio quede grabado en su mente para que salte la chispa.

El proceso empieza por una autorreflexión, con preguntas que quizá no te habías planteado hasta ahora: ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿qué quiero transmitir? ¿con qué valores quiero que se me reconozca? ¿quiénes son mis clientes y por qué me tienen que elegir a mi?

2. Déjalo en manos de profesionales

Una imagen corporativa que se adapte a ti siempre dará esa percepción de profesionalidad que todo negocio desea transmitir. Y para conseguirlo, los logotipos de las empresas deben diseñarla empresas expertas que siempre sabrán acometer el trabajo para que tu negocio salga ganando. Además, generaremos confianza de cara a nuestros propios empleados o inversores y potenciaremos el sentimiento de pertenencia.

3. Ten personalidad

Una de las maneras más efectivas de llegar al cliente, con la que conseguirás seducirlo con tus encantos. Consigue que tu público identifique fácilmente tu marca y tendrás medio trabajo hecho, te dará fidelidad y crearás un vínculo emocional con tus clientes.

4. Antes y después

Tu público puede tener diferentes ideas, sensaciones o prejuicios antes y después de conocerte. Por eso tienes que marcar una hoja de ruta en tu estrategia en la que se defina cómo actuará la marca ante estas dos situaciones. Si juegas bien tus cartas, conseguirás puntos extra para que tu cliente quede enchochadito de ti.

Piensa siempre a largo plazo y no olvides que el secreto para tener una marca sólida, consiste en llevar a cabo una estrategia global que conseguirá empujar el negocio y aumentar las ventas.

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